sábado, 9 de octubre de 2010

Reinventando soledades

No puedo creer que un día me divorciara alegremente de mis días tranquilos, de la ausencia de sonidos, de latidos pausados y ritmicos como una canción de cuna.

Porque ahora harta de adrenalina, de palabras inflamadas de deseo, del deseo mismo acechando como hiena divertida (burlona),harta de esperanzas de instalarme en un corazón, de instalar a alguien en el mio...harta de que todo sea utopía siento la necesidad de irme de aquí y de alla.

No es tu culpa, no es la mía...es el destino aquel intruso en quien no creía y hoy me parece un dios casi invencible, un Goliat...yo un triste David sin honda,sin piedra...sin amor.

Te digo adios para decirme hola a mi misma, porque aunque es triste decirlo contigo no puedo ser yo.